Dia 16
Fecha: 14 de Abril de 2012
Conociendo San Pedro de Atacama: Lagunas
Altiplánicas
El
dia de hoy decidimos ir nuevamente con una operadora de turismo y hicimos el tour de las lagunas altiplánicas.
El
paseo fue bien tranquilo, nos pasaron recogiendo en el hotel a las 7:00 am y
salimos en dirección a la Laguna Chaxa que es una laguna de aguas saladas y que
tiene varios minerales en su composición. La atracción principal de esta laguna
son los flamencos, aquí se encuentran de tres especies: El Chileno, que tiene
todo el cuerpo rosado; El Andino, que tiene unas plumas negras en sus alas y El
de James, que tiene las patas rojas.
Algo
interesante es que por toda la laguna se siente un fuerte olor a azufre (no es
por que el diablo ande por aquí como diría Hugo Chavez) lo que pasa es que los
flamencos al comer los micro organismos que se encuentran en la laguna procesan
el azufre y los devuelven en las heces, hacen lo mismo con la sal pero esta la
devuelven por una glandula en el pico.
Aprovechando
la parada nos dieron el desayuno, que fue café o tés variados acompañados de
galletas, pan dulce, pan francés, jamón, queso y aguacate. Cada agencia, cuando
contratas los tours, te avisa si te dan desayuno y almuerzo o solo desayuno, o
nada. Lo interesante de esto que había un señor que no era de nuestro grupo que
se comenzó a acercar a la mesa haciendo el loco, entonces el guía le pregunto
si estaba con nosotros, era americano el viejito, y le dice al guía que no.
Entonces lo manda a su agencia para ver si le daban el desayuno, pero si no,
que se regresara pues en nuestra mesa había bastante comida.
El
guía, David, fue super gentil. Es un chileno que vivio bastante tiempo en
Canada. Cuando le dije que era Salvadoreño me pregunto si podía hacer pupusas y
se decepciono un poco cuando le dije que no; ahora me dejo en la obligada de
aprender.
David
tiene una forma interesante de ver la vida. Me contaba que en Canada tenia un
buen trabajo, había comprado un living, tenia un carro deportivo y varios
lujos, pero un dia se cansó de eso y se regreso a Chile y se vino a vivir a San
Pedro, trabajando como guía y en condiciones mas simples que antes pues lo
importante ahora es estar cerca de su pueblo sintiendo como es su dia a dia.
Bien,
ya con el estomago forrado, salimos en dirección del Pueblito de Socaire a la
altitud de 3000 msnm aproximadamente para hacer una aclimatación, pues iríamos
visitar las lagunas Miscanti y Miñiques a 4200 msnm.
Socaire,
como todos los pueblitos alrededor de San Pedro, son algunas casas con
poblaciones que no pasan de las 200 personas. Los hombres trabajan en las
minerías y las mujeres y niños en la agricultura y artesanato.
Como
todos estábamos bien continuamos camino hacia las otras lagunas mas altas.
Llegando a la reserva donde se encuentran, hicimos una pequeña caminata hasta
las lagunas para poder apreciar la belleza del paisaje, emolduradas por la
cordillera y en el reflejo del agua los volcanes nevados apareciendo. La
mayoría de los lugares son protegidos, hay senderos por donde es permitido
caminar para tirar fotografías y pesadas multas si uno se sale de ellos. Los
guarda parque es gente de la comunidad pues todos los lugares son administrados
por la comunidad de San Pedro.
Los tours
normalmente terminan por aquí pero con la agencia que andábamos nos llevaron un
poco mas adelante a un salar llamado de Talar. Fue donde almorzamos (huevo
duro, aguacate, atun, mejillones, ensalada y pan) el único problema es que
había mucho viento y la temperatura estaba como a 10 ºC pero estaba rico el
almuerzo.
A
esta altura mis piernas me estaban doliendo por la locura de ayer, y cuando
regresamos y con la sacudida de la van me dormi….. hasta llegar al pueblito de
Toconao.
Como
ya habíamos estado en este pueblito nada mas nos bajamos para comernos un
sorbete y después continuamos durmiendo.
De
noche teníamos planeado una cena con Bill, el escoces que nos acompaño en la
locura del volcán Toco. Fue una cena muy agradable, platicamos sobre nuestras
vidas, sobre como cada quien decidio ascender al Toco, sobre familias,
historias tristes y otras muy divertidas. Ni nosotros y tampoco Bill se había
imaginado que el trekking seria tan duro. Pero una cosa en común – valió la
pena. En la cena comimos unos seviches
muy ricos acompañados de unas ricas Coronas.
Como la conexión de internet anda mala las fotos las quedamos debiendo, pero luego subimos algunas.
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